Divagaciones benaresianas

Jugando con la soledad

en los rincones del tiempo

viajando sin una verdad

a otros mundos del espectro

sin maleta, sin juzgar

solamente entendimiento

conociendo aquel lugar

solo en sueños descubierto.

Hay tumulto aquí y allá

unos pitan, otros van lento

cruces de ojos bastan ya

ellos miran yo contesto

difícil de imaginar

día a día como el de éstos

hay sonrisas, ya lo sé

algo tiene que haber ahí dentro;

Quizá no haya algún por qué

vivan, sueñen como el resto

sean alegres por su fe

o sufran sin arrugar el gesto

pero por lo que se ve

 la felicidad cual sentimiento

no se compra, ni se vende

se cultiva desde adentro

Y de eso esta gente sabe hacer

pues comparando los momentos

siendo testigo hoy y ayer

de esta vidas de lamento

comprobando por doquier

que amistad surge del cieno

perdurando sin ceder

dura y fuerte como el hierro.

No es que quiera dar verdad

ni soltar un dogma impuesto

si algo tienen por aquí

que sea digno de respeto

no es riqueza, ni confort

es ser feliz con lo puesto

¿Así es como ha de funcionar?

¿no hay ningún otro secreto?

¿no hace falta ir a buscar

tan ansiado sentimiento

más allá de nuestro mar

siempre tras el barlovento?

Ser, ver, sentir es lo que cuenta

que no me vendan ya más motos,

vidas diferentes a esta nuestra,

ni cielos, ni nirvanas,

ni paraísos magenta,

rodearte de tu buena gente

es lo que tu alma alimenta

alegrarse con lo habido,

sin ansiar más de la cuenta,

son momentos, son las risas,

todo aquello ya es tu impronta.

Soy consciente, sé que hay mentes

que tienen otra idea a esta muestra

pero según yo lo veo, escribo,

que como la película comenta,

sólo siendo compartida

la felicidad en este mundo es cierta.